Biografía de Humberto Cano
Humberto Cano Romero fue un violinista y compositor. Nació en Tegucigalpa, el 12 de febrero de 1902, murió en Tegucigalpa el 14 de agosto de 1986. Sus padres fueron Hipólito Cano y Doña María Romero de Cano.
El maestro Cano fue uno de los mejores violinista de Honduras y de Centro América, habiendo realizado estudios musicales en Italia y en otros países de Europa, recibió el aplauso en este continente en los años comprendidos entre las dos grandes guerras mundiales.
Además destaco como un magnífico compositor, entre sus obras musicales sobresalen:
- ña Facunda
- El Tartamudo
- Los Oyitos
- Maizalez
- La Molienda
- Se Acerca la Nochebuena
- Año 2000
- Vals Caprichosos
- Alrededor del Panal
Algunas de sus canciones han sido grabadas por artistas y grupos como Trio Honduras, Voces Universitarias, La Estudiantina de Derecho, Miguel Angel Mejía y otros. Durante 10 años ejerció como director de la Banda de los Supremos Poderes de Tegucigalpa.
Recibió el Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra.
Vida de Humberto Cano
Siendo aun un adolescente, su padre lo envió a Italia a estudiar música porque los maestros de violin en Centroamerica ya no tenían que enseñarle.
Inmediatamente después de su llegada y tras rigoroso examen fue admitido en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milan, a donde por regla general se aceptan los alumnos por un año de prueba antes del examen confirmativo. Puestas en evidencia las cualidades del nuevo alumno y para considerar su caso se reunió la Comision Examinadora en fecha extraordinaria constituyendo el caso exepcional de admitirlo formalmente sólo 4 meses después de su ingreso como aspirante.
Después de tres a cinco años, se permite a los alumnos del conservatorio Verdi tocar en público. Humberto Cano tocó en el Conservatorio antes de completarse el primer año de estudios.
En vista del esfuerzo de su familia para mantenerlo estudiando en Europa y de los triunfos alcanzados en tan poco tiempo, el gobierno de Honduras le concedió una beca de 90 dólares mensuales, la cual sólo recibió por dos meses por haber estallado en Honduras la revuelta de 1924.
Ocurre aquí un incidente de mucho relieve ebn la vida de un estudiante de música; incidente que llegó a poner en peligro la futura carrera artística del violinista hondureño.
Los maestros Paolo, Anzoletti y Tua querían ser tutores de Cano, suscitándose una seria rivalidad que alcanzó caracteres agudos, ya que para satisfacer a los dos primeros maestros mencionados, se echó a la suerte la decisión. Ganó Paolo, pero el profesor Anzoletti sentía tanta predilección por Cano que amenazó con retirarse del Conservatorio si no se le daba a su alumno.
Las situaciones precarias por las que atravesaba, obligaron entonces a Cano a tocar en los teatros de Milán durante la noche, llegando en esta época a ser el músico mejor pagado de la ciudad.
Al enterarse el profesor Anzoletti de semejante situación, se opuso a que Cano tuviera que trabajar para ganarse la vida y desde entonces lo tomó bajo su protección directa ofreciéndole su hogar y su mesa para que pudiera dedicarle plenamente sus energias al estudio de la música.
El profesor Anzoletti sentía tanto orgullo de su discípulo que él como su hermana, le pidieron que agregara a su nombre, el apellido Anzoletti.
La Srita. Anzoletti, insigne pianista y escritora a quien Cano debe su solida preparación humanista, murió primero y el profesor Azoletti poco después sin haber visto coronada de triunfos, la carrera de su alumno predilecto.
Mientras duró el quebranto de la salud de su Maestro, a Cano se le hizo la honra de sustituirlo en el Conservatorio en sus funciones docentes.
Antes de su muerte, el Prof. Anzoletti hizo heredero universal de sus bienes a Humberto Cano, incluyendo una villa en Tranto. Su violin un Stradivarius valorado en 300.000 dolares, fue dado en herencia al conservatorio con una cláusula en que autoriza a Cano para tocarlo en el sus conciertos.
Siendo aun estudiante, Cano tocó violín primero bajo la dirección de Arturo Toscanini en 1928, con la orquesta sinfónica del Conservatorio de Milán.
Para el examen final, Cano fue presentado en el conservatorio Rossini de Pesaro por el famoso Prof. Giovanni Chiti, ante un tribunal de maestros llevados al efecto de Parma, Florencia, Nápoles, Milán y Roma.
Después de terminada la ejecución, uno de los examinadores le preguntó que de que parte de Italia venia y cuando Cano le respondió que no era italiano, el maestro expreso con pesadumbre «CHE PECCATO»
El Prof. Chiti al felicitarlo le dijo: siga usted dedicado al violín que con él podrá usted hacer lo que quiera.
Después de su graduación, emprendió Cano una serie de jiras de conciertos por toda Italia iniciando con un debut formal en Milán. Entre los conceptos de la crítica, se encuentran los siguientes: Diario Popolo de Italia, en su edición del 10 de octubre de 1930 dice: el viloinista Humberto Cano anoche por medio del programa, se ha revelado como un virtuoso con abundancia de belleza en un sonido, lleno de robustes e impecable interpretación.
«CORRIERE DE LA SERA» dice: el violinista Humberto Cano, bien conocido de nuestro público por sus ejecuciones anteriores, se reveló anoche no solo como un virtuoso y fiel intérprete sino con un dominio exepcional de la mano derecha.
Con los laureles de la consagacion en la tierra del arte por excelencia y bajo el impulso de la emoción que produce el triunfo, su único anhelo fue regresar inmediatamente a Honduras donde se le recibió con los brazos abiertos y se le tributó toda clase de homenajes.
En este período, Cano compuso su concierto en La Menor para violin y piano, el vals caprichoso y alrededor del panal .
Con motivo de la guerra de Etiopia y cuando Honduras se adhirió a las sanciones económicas contra Italia, Cano fue invitado a no trabajar por estipendio en Italia, concediéndosele el privilegio de permanecer en el país si asi lo deseaba. Humberto Cano prefirió dirigirse a Suiza con el objeto de seguir activamente su trabajo. En este país se le hizo una tentadora oferta para enseñar en un Conservatorio siempre que renunciara a su nacionalidad y adoptara la suiza; prefirió seguir a Francia donde en París, donde el patrocinio del Dr. Julian López Pineda, Ministro entonces de Honduras en Paris, presentó un concierto en la Salle Corteau.
Terminado el concierto, uno de los críticos de la prensa diaria de París, mostró a Cano y a los compatriotas que estaban con él, Dr. López Pineda, el Lic. Marcos Carias Reyes y el doctor Rosendo Martínez, las notas críticas que habían escrito al desarrollarse el concierto. Entre ellas, se comparaba a Cano con Jan Rubelik, considerado en su tiempo, como el violinista con mejor crítica del mundo. La modestia de Cano se opuso rotundamente a que se publicase el juicio y así sucedió.
De Francia pasó a Alemania y después de un concierto en Hamburgo, el diario «Hamburger Tageblatt» consigna en su edición del 13 de octubre de 1936, lo siguiente: “como ejecutante y compositor a la vez Humberto Cano va del brazo de Pablo de Sarasate y el Maestro Granados”
La opinión del resto de la prensa hamburguesa en esa ocasión fue más o menos unánime y el Cónsul de honduras en Hamburgo, el Dr. Magín Herrera A. envió a Honduras los recortes de opiniones que fueron traducidas y publicadas en la prensa de Centroamérica. Después de una ejecución en conjunto con otros artistas de Berlín, la prensa local declaró casi únicamente que el punto culminante del concierto había sido la ejecución del violinista de Honduras Humberto Cano.
Nuevamente de regreso en Italia, Cano se dedicó al perfeccionamiento de su técnica y a la preparación de su gran jira continental por las Américas. Pero antes de partir fue a Hartenstein, Alemania en busca del más famoso maestro del violín Prof. Siegfried Eberhardt, a quien se presentó como un alumno cualquiera. Después de una breve discusión sobre asuntos técnicos, el Maestro Eberhardt explicó a Cano, que después de 40 años de investigación y esfuerzos, había logrado desarrollar la técnica necesaria para resolver un difícil problema del manejo del arco asegurando que solo la mitad del arco podía recorrerse hacia arriba o hacia abajo para dar ciertos efectos por existir un impedimento anatómico en el brazo humano, lo que limitaba en su opinión, el número de notas que podía tocarse en una arcada.
El Prof. Eberhardt pidió a Cano poner en ejecución sus instrucciones, con 4 notas después con 8 y así sucesivamente hasta 32, llevándose la gran sorpresa que Cano no lo hace con toda la longitud del arco. Sorprendido el Maestro lo invitó a que enseñaran juntos, pero Cano tenía su viaje planeado al nuevo mundo y solo aceptó por poco tiempo.
El entusiasmo del Prof. Eberhardt llegó a tal punto que propuso a Cano marchar con él para establecer un conservatorio en Honduras, que sería sin duda alguna, la atracción de todos los violinistas del mundo. Desgraciadamente la guerra estalló y aunque Cano tenía su pasaje pagado, no pudo salir de Alemania, donde para vivir tuvo que ver consumida su seguridad financiera.
En diciembre de 194, la situación se volvió más estrecha al entrar Honduras en la guerra contra Alemania. Al principio Cano sólo fue obligado a reportarse diariamente a la policía, pero luego se invalidó su pasaporte y tuvo que ponerse bajo la protección del consulado de Suiza quien se encargó de obtenerle un nuevo desde Honduras, lo que tardó 8 meses.
Cuando los bombardeos aliados castigaban las ciudades alemanas, para levantar la moral del pueblo, los nazis, repartían dobles raciones de café, azúcar, etc. Cano nunca se separó de su violín lo que le valió la libertad más de una vez.
Cano tuvo la esperanza de ser canjeado pero esto nunca se realizó, hasta cuando terminada la guerra pudo ir a París, donde gracias a su genial ejecución, obtuvo consideraciones como las de ser alojado en un cuarto privado en el campo de reunión de París, mientras a los demás repatriados se les apiñaba hasta catorce en una pieza y eso por pocos días mientras eran remitidos a un campo en las afueras de París, a mas de cien kilómetros de distancia. El capitán-jefe del centro de reunión en Francia, propuso a Cano que se quedara en parís y que él lo ayudaría a establecerse.
Cano prefirió regresar a su patria a donde por un año y medio estuvo restableciéndose. Poco después se trasladó a los Estados Unidos con el cargo de Agregado Cultural de la Embajada de Honduras en Washington donde esperó tener la oportunidad de reiniciar su carrera artística interrumpida por la guerra.
Humberto Cano, fue el primer Director de la Academia Nacional de Música, fundada en el gobierno de Juan Manuel Gálvez. Fue también Director de la Banda de los Supremos Poderes. Cano, para muchos, está sindicado como el mejor violinista de Honduras, Murió el 14 de agosto de 1986, en Tegucigalpa.
Fuente: Crónicas de Honduras