Biografía de José Antonio Velásquez – Pintor Primitivista de América
José Antonio Velásquez fue un artista hondureño autodidacta. Nació un 8 de febrero de 1906 en el departamento de Valle. En 1930 se trasladó a San Antonio de Oriente, Francisco Morazán que le ofrecería en los siguientes años un universo de colores y formas para plasmarlos en una obra que recorrería gran parte del mundo.
Era telegrafista y peluquero, pintor autodidacta y amante de la modestia.
Su obra representa escenas típicas de las calles hondureñas, claramente estilizadas y frecuentemente retratadas desde un alto punto de vista y representadas en los ricos colores endémicos de la cultura centroamericana.
A menudo alabado como uno de los primeros pintores Primitivos de América, su estilo está asociado con el Arte Naïf. Además de sus pinturas más conocidas, también trabajó en fotografía y escultura en varias ocasiones.
Velásquez cosechó elogios de la crítica durante su vida y fue incluido en la primera Bienal de Arte Latinoamericano de 1951. Su vida y su arte sirvieron de inspiración para una película titulada El mundo de un pintor primitivo en 1973, que aumentó su exposición y aceptación en todo el mundo. Nacido el 8 de febrero de 1906 en Charity, Honduras, Velásquez murió el 14 de febrero de 1983.
Honduras se ha dado conocer por muchos artistas de categoría mundial, pero el pintor que es quizá el más reconocido se llama José Antonio Velásquez, hijo predilecto de San Antonio de Oriente.
José Antonio nació en Caridad, departamento de Valle, lugar donde pasó su infancia y que dejó a raíz de la muerte de sus padres; luego buscando mejores opciones de vida emigró a la costa norte en donde trabajó como barbero y operador de telégrafo y fue gracias a ese oficio que consiguió trabajo en San Antonio de Oriente, un antiguo pueblo minero de Francisco Morazán.
Así como amores a primera vista, José Antonio se enamoró de San Antonio de Oriente, lugar que se convirtió en su inspiración, su estilo de pintura “primitivista” se caracterizó por representar escenas de la vida cotidiana, dibujando al detalle y al color “natural” cada elemento de sus pinturas, teja por teja, piedra por piedra, pino por pino, teniendo sus obras el sello personal de incluir al perro callejero, el cura y las señoras del pueblo; esa exquisitez de sus obras le valió para ser considerado en su época como “El Primer Pintor Primitivista de América”.
José Antonio, aunque no nació en San Antonio, se transformó en su hijo predilecto ya que gracias a su trabajo, la imagen y el nombre de San Antonio de Oriente fueron conocidos en todo el mundo; invitaciones presidenciales a Washington y Costa Rica, exposiciones en galerías de renombre en España, Portugal, Francia, Italia, Suiza, Checoslovaquia, Holanda, Australia, China, Japón, la antigua Unión Soviética, Venezuela y México son solo parte de los reconocimientos recibidos.
José Antonio Velásquez es hoy por hoy, fuente de inspiración para las nuevas generaciones de artistas y es en definitiva, un Orgullo de Honduras.
Todo comienza con una publicación en un diario nacional, un día como hoy, pero de 1983. El escritor y periodista Filadelfo Suazo plasma bajo el título “El Ángel Primitivo” un poema dedicado a José Antonio Velásquez, el pintor más importante de la historia de Honduras, el primer primitivista.
“Se fue la cal
de todas las paredes
se derrumbaron todas las iglesias
y se cerraron todas las ventanas
las tejas se quebraron
por millares”
Honduras cumplía su tercer día de duelo ante la muerte de Velásquez, el 14 de febrero de 1983. “A sus 76 años de edad falleció de ataque cardíaco, a las 5:15 de la mañana, en Tegucigalpa”.
Junto a la corriente del Arte primitivista, o Arte naif, retrató cada árbol y arbusto que encontró en su camino, además las características casas con tejas rojas, la gran iglesia levantándose sobre el envolvente cielo, el sacerdote errante, y un pequeño perro correteando entre los aldeanos.
El escritor Rafael Heleodoro Valle escribiría:
“Tierra verde, pinos, tierra de numerosos pinares, bajo un intenso cielo azul, en el que nació su bandera. Cielo turquí, tierra verde, toda la gama biológica y poética del pino. Y allá en el fondo de los pinares, los pueblecitos blancos que parecen alfeñique. Así están en la biografía mínima de Honduras trazada por su pintor José Antonio Velásquez”
“Las primeras exposiciones fueron presentadas con patrocinio del Consejo Metropolitano del Distrito Central y producto de las cuales se adjudicó medallas de plata y algunos diplomas. Ya en 1954 su fama traspasaba las fronteras patrias, sus obras eran vistas en Alemania, España, Italia, Estados Unidos, México, Cuba, Brasil, Venezuela, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Colombia, entre otros. En 1981 estuvo en Costa Rica por invitación del presidente José Figueres”.
La famosa actriz estadounidense Sherley Temple narró la película “El mundo de un pintor primitivo”, documental auspiciado por la OEA que recoge las andanzas y trabajo de Velásquez.
Algunas piezas del pintor pueden apreciarse en el Banco Atlántida de Tegucigalpa. Presencia Universitaria hace este homenaje póstumo a quien sin duda alguna es el pintor más prominente que ha tenido esta tierra, a 31 años de su muerte.
El Arte primitivista
El primitivismo, o Arte naif, se caracteriza por el autodidactismo y la negación del academicismo como medios para llegar a manifestaciones artísticas menos contaminadas que las convencionales. Se dice que es un arte ingenuo, inocente, porque pretende ofrecer una visión del mundo sincera y exenta de artificios.
Sus principales características son los contornos definidos, la falta de perspectiva, la sensación volumétrica a través de los intensos colores, la potencia expresiva, entre muchos más que pretenden un dibujo no necesariamente correcto, más bien un reflejo de la tranquilidad y despreocupación interior.