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Historia de la Declaración de Independencia de Honduras

Por cerca de tres siglos Honduras fue parte de la Capitanía General de Guatemala, por lo que su independencia, giró alrededor de los acontecimientos pro-independentistas en las demás provincias. Luego de la ocupación de España por parte de los franceses, se produjeron en Nicaragua, El Salvador y Guatemala (1811-1813) los primeros actos de insurrección en favor de la independencia de Centroamérica. En Honduras, los españoles recurrían a la perpetuidad en el poder con el propósito de ahogar la causa independentista.

Dos días antes del 15 de septiembre, llegó a Guatemala un correo de Tuxtla, Comitán, Ciudad Real y Chiapas, en el que se enviaban copias de las actas por las cuales estos pueblos se uniá al Plan de Iguala.

Primeros movimientos precusores de la Independencia

En San Salvador el 5 de noviembre 1811, se desató un movimiento en contra de las autoridades coloniales encabezado por los fray Matías Delgado, el Gral. Manuel José Arce, el presbítero Nicolás Aguilar y sus hermanos Vicente y Manuel. La rebelión no prosperó, ya que el capitán general de ese entonces, José de Bustamante y Guerra, al enterarse envió una comisión para apaciguar a los sublevados, lo cual logró. Fue así como fracasó el primer intento de independencia.

El 13 de diciembre de 1811, se realizó otro movimiento, esta vez en León, Provincia de Nicaragua, para deponer al brigadier José Salvado, quien había gobernado la provincia por espacio de 18 años. Esta rebelión estaba encabazada por el fraile guatemalteco Felipe Michelena. Para evitar derramamiento de sangre, el brigadier Salvado renunció y entregó el cargo al obispo Nicolás García Jerez.

En Nicaragua se produjeron varios movimientos indepentistas, solicitando la destitución de los funcionarios españoles, pero no tuvieron buenos resultados. Los dirigentes de estas sublevaciones fueron hechos prisiones y enviados a Guatemala, a muchos les condenó con la pena de muerte, pero se asegura que dicha condena no se cumplió; se afirma que esa pena fue conmutada por la de cadena perpetua.

Conjuración de Belén de 1813

En la provincia de Guatemala también hubo hombres que pensaban en la independencia y celebraban juntas en el Convento de Belén, actualmente Instituto de Señoritas Belén, zona 1. Este movimiento que fue llamado Conspiración de Belén, estaba presidido por fray Juan de la Concepción y asistían a ellas Tomás Ruiz, Manuel Julián Ibarra, José Francisco Barrundia, Manuel Tot, fray Victor Castillo y varios oficiales.

En estas juntas se había dispuesto que al disparo de un cohete a las doce de Nochebuena, se apoderarían de Bustamante, a quien enviarían a España junto con los que no se sumaron al complot. Además daría libertad a los prisioneros de Nicaragua, se apoderarían del armamento y el dinero de las cajas reales y declararían la independencia. Pero desafortunadamente la conspiración no pasó de los planes, ya que el 21 de diciembre de 1813 uno de los conspiradores traicionó dando cuenta de ella a las autoridades. Bustamante persiguió a los patriotas y encarceló a muchos de ellos.

La sesión del 15 de septiembre de 1821

Dos días antes del 15 de septiembre, llegó a Guatemala un correo de Tuxtla, Comitán, Ciudad Real y Chiapas, en el que se enviaban copias de las actas por las cuales estos pueblos se uniá al Plan de Iguala. El Plan de Iguala o de las Tres Garantías fue el Plan que selló la independencia de México que había empezado en 1810. En esos pliegos se incitaba a las demás provincias del Reino a que se independizaran como ellos ya lo habían hecho. El Brigadier Gabino Gaínza convocó esa misma tarde a las autoridades civiles, militares y eclesiásticas para que asistieran a una sesión que se realizaría el 15 de septiembre; en ella se tratarían asuntos de sumo interés para la colonia.

La junta se inició sin mayor retraso. El ambiente era tenso ante la importancia de lo que se habría de tratar y resolver. La reunión fue a puerta abierta, en el Real Palacio. Estaban alrededor de 50 personas en salón, pero en la antesala y en el corredor se reunieron cada vez más personas, lo mismo que en el patio, portales exteriores y en la plaza misma.

Durante la lluviosa noche anterior se acudió a los barrios a fin de invitar al vecindario. Al principio la concurrencia no era muy nutrida, por lo cual Basilio Porras y Dolores Bedoya de Molina trataron de reunir más gente, pusieron música en la plaza y quemaron cohetes para atraer la atención del pueblo.

Primero se dió lectura a los documentos llegados de Chiapas y a continuación se escuchó la opinión de los asistentes. Se observó que habían diferentes puntos de vista, pues algunos querían que se proclamara la independencia y otros querían retardarla. La gente que escuchaba tales opiniones aplaudía emocionada y a gritos pedía que de inmediato se hiciese la declaración de independencia.

Finalmente como a las once de la mañana, se acordó redactar el Acta de Independencia por medio la cual Centro América se separaba de España. El Redactor de la misma fue el Lic. José Cecilio del Valle.

Movimientos posteriores hacia una verdadera independencia

La euforia de la independencia duró muy poco, ya que en enero de 1822, por iniciativa de los conservadores, y del emperador Agustín de Iturbide, las provincias unidas de Centroamérica se unieron al imperio mexicano. Sin embargo, esta unión duró, hasta la caída del mismo Iturbide en marzo de 1823.

En marzo de 1824, se reunió un congreso en Guatemala y se fundó la República Federal de Centroamérica, compuesta por Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. La nueva República tuvo una corta existencia, y después de varias guerras civiles, se disolvió la Unión el 26 de octubre de 1838, y los cinco estados de la República se erigieron en cinco estados independientes.

Algunos de los estados centroamericanos, intentaron varias veces la reconstitución de la República Federal de Centro América. Pero estas tentativas fracasaron y costaron la vida a varios de sus iniciadores. Un último intento se llevó a cabo, por influencia del Dr. Policarpo Bonilla, Presidente de Honduras, se celebró un tratado con Nicaragua y El Salvador, según el cual, las tres repúblicas constituyeron una federación bajo el nombre de República Mayor de Centro América.

Las tres repúblicas se convirtieron en estados, y la soberanía de la federación recayó en una Dieta compuesta por tres miembros, uno por cada estado, que había de reunirse cada año en la capital de los estados federales. Por invitación de esta Dieta, los tres estados nombraron una delegación que se reunió como Asamblea Constituyente en Managua, y estableció una Constitución, según cuyos términos los tres estados tomaron el nombre de Estados Unidos de la América Central, el 1 de noviembre de 1898.

Esta Constitución…que en la mente de aquellos que la habían formado significaba una consolidación de los tres estados federales y una pronta reorganización de la gran República de la América Central, soñada por Francisco Morazán, tuvo un triste fin. El día después de haberse reunido la Asamblea Constituyente, un movimiento revolucionario, hostil a la nueva federación, tuvo lugar en San Salvador, el cual dio por resultado una nueva administración en este estado. Su primer paso fue retirarse de la Unión, y esta separación ocasionó la disolución de los Estados Unidos de la América Central, pues, siguiendo el ejemplo de El Salvador, los estados de Honduras y Nicaragua reasumieron su soberanía.


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