Cueva de El Naranjo
Muchos han sido los rumores y leyendas que se han contado de generación en generación sobre los misterios de las cuevas de El Naranjo. El canto de un gallo que se escucha en la madrugada y la supuesta presencia de seres extraños en el interior de las cuevas han sido comentados por pobladores de la región, quienes en muchos casos temen subir al sitio paradisíaco.
La Cueva de El Naranjo se encuentra ubicada en la montaña La Esperanza, comunidad de Bella Vista a casi unos mil metros sobre el nivel del mar, en Olanchito, Honduras.
Vecinos de distintas comunidades que están distantes del misterioso lugar aseguran haber escuchado música hasta hace algunos años, sonidos de viento salida de lo alto de la montaña, la cual era constante, lo que provocaba temor y habladurías entre hombres, mujeres y niños.
Diversos ángulos de la Cueva: Para llegar al sitio se requiere una determinación total y hacer el recorrido en vehículo con doble tracción, para subir desde la comunidad de Trojes Aldea hasta Buena Vista, la cual está a una distancia en vehiculo de aproximadamente una de hora cuesta arriba, en caminos rocosos, que tienen como atractivo, hermosa vista que permiten ver casi en su plenitud el valle del Aguán. Al llegar a un punto en donde se deja el vehículo, el cual está a unos 1,000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Desde allí, se inicia una ardua caminata, por senderos que han sido señalizados con pintura amarilla, para no perderse entre la maleza, en donde hay serpientes, aves, mariposas y una rica flora que deja al descubierto flores, tubérculos, arbustos y enormes árboles que arropan los estrechos caminos. La historia de las cuevas data entre los años 30 y 40.
«Estas cuevas son viejísimas, la gente del lugar las descubrió, porque siempre se escuchaba una música por el cielo… también cantaba un gallo y los nativos fueron descombrando hasta llegar al lugar, lo cual ahuyentó el encanto de las cuevas». En trayecto a pie dura hora y media, hasta que se llega a una gigantesca piedra, en la cual están las cuevas, «hay una escalera para subir a la entrada, caso contrario sería complicado ingresar».
Las dimensiones de las cuevas no han sido dadas a conocer en virtud que no se han podido explorar en su totalidad, en donde priva una soberana oscuridad, a tal grado que sólo fuertes iluminaciones permiten ver en su interior, las divisiones y espacio propios del oscuro lugar. Las cuevas de El Naranjo son un encanto en esta zona del valle del Aguán.
A llegar a lo alto de la montaña, e ingresar a la cueva y ver todo lo majestuoso de su interior, es una experiencia que sólo se puede medir estando en el sitio. Hasta ahora, los pobladores de Trojes Aldea tienen cifradas sus esperanzas en que el sitio sea reconocido como un Patrimonio Turístico, para iniciar un proceso de reconocimiento de la comunidad.