Biografía de Marco Aurelio Soto Martínez
Marco Aurelio Soto, abogado y político hondureño que revolucionó a Honduras mediante una gran cantidad de cambios socio-políticos. Nació en una de las viejas casas de la zona conocida en aquel entonces como los Altos del Molino en La Plazuela en Tegucigalpa, Honduras el 13 de noviembre de 1846.
Falleció el 25 de febrero de 1908 a la edad de 62 años en París, Francia. Graduado de Abogado en la Universidad San Carlos de Borromeo en la Ciudad de Guatemala. Soto, apoyó el Movimiento Reformista iniciado en 1871 por Justo Rufino Barrios. Su Gobierno ha sido uno de los más prósperos de Honduras.
Vida Familiar
El Doctor Marco Aurelio Soto nacio el 13 de noviembre de 1846 en Tegucigalpa, república de Honduras. Sus padres fueron: el doctor Máximo Soto y la señora Francisca Martínez. A «los nueve años se traslado con su padre el Doctor don Máximo Soto a Guatemala, donde hizo sus estudios y coronó con éxito brillante su carrera de Abogado.»
Muy joven empezó a llamar la atención por sus bien escritos artículos literarios y políticos, inspirados estos últimos en los principios proclamados por la revolución de 1871. El General Justo Rufino Barrios llamo al Doctor Soto al desempeño de una Sub-secretaria de Estado. El Doctor Soto revelo en este puesto su talento organizador. Poco tiempo después por ausencia del Ministro respectivo quedo encargado de la Secretaria de Gobernación, Justicia y Negocios eclesiásticos, nombramiento que muy pronto se le confirió en propiedad.
Posteriormente desempeño los Ministerios de Relaciones Exteriores e Instrucción Publica. En este ultimo puesto organizo el primero la instrucción publica primaria, secundaria y profesional, fundada en los principios modernos. En 1876, Soto fue nombrado Ministro Plenipotenciario de Guatemala, cerca del Gobierno de El Salvador, para tratar de afianzar la paz entre ambas Repúblicas. Su misión fue satisfactoriamente desempeñada. El 8 de mayo de aquel año fue firmado en la ciudad de Santa Ana, el tratado «Soto-Ulloa«.
Presidencia
Marco Aurelio Soto gobernó Honduras en diferentes periodos. En 1876 se desempeñó como presidente provisional. En 1877 ocupó la presidencia de forma constitucional, período que se extendió hasta 1883 luego de su re-elección. Durante su administración y con la asistencia de Ramón Rosa, Soto puso en marcha las reformas liberales. Estas reformas de tipo administrativo, político, económico y social, intentaron darle un giro a la situación desastrosa que vivía Honduras.
Durante su periodo hubo una total reforma en Honduras; dicto nuevos Códigos; estableció los servicios de telégrafo y correos; fundo el Hospital General y la Biblioteca Nacional; construyo parques en Tegucigalpa, a donde traslado la Capital y encargo sendas estatuas de los hijos más prominentes de la Patria; y, por ultimo, promulgo la Constitución Política de 1880.
Construyó algunos tramos del ferrocarril y puso en marcha un programa educativo sin precedentes en el país organizando la enseñanza primaria, secundaria y profesional, trajo profesores de España a impartir clases en Honduras, reorganizó a la «Universidad Central de Tegucigalpa» y se emitieron nuevos estatutos conformándose como «Universidad Nacional de Honduras«, en 1879 fundó en la ciudad de Santa Rosa de Copán la Universidad Nacional de Occidente; debido al interés mostrado por lo ciudadanos de aquella localidad capitalista del occidente del país.
Además el Doctor Soto traslado la capital de la república definitivamente a la ciudad de Tegucigalpa (antes era compartida entre Tegucigalpa y Comayagua) y escogió una Casa Presidencial para sus gestiones administrativas. A pesar de los avances logrados durante la administración Soto, Honduras volvió a caer de nuevo en la inestabilidad social, al no contar con productos bases como el café en qué forzar una economía estable.
Durante su presidencia Soto estuvo amenazado por el gobierno guatemalteco de Justo Rufino Barrios, razón por la cual tuvo que salir del país y depositar la presidencia en un consejo de ministros.
Traslado de la capital a Tegucigalpa
Don Marco Aurelio trasladó la capital de la república, de Comayagua a Tegucigalpa, el 30 de Octubre de 1880, esgrimiéndose como argumentos los desaires de la sociedad comayagüense a su esposa Doña Celestina Mijango, el estar cerca de sus intereses mineros en Valle de Angeles y sus negocios también mineros con Julius Valentine dueño de la New York Minning Company.
El presidente Soto instaló el primer sistema telegráfico en Honduras organizó el sistema postal creando el Correo Nacional que fue dirigido por Don Tomás Estada Palma, mejoró las vías de comunicación especialmente la del sur para darle importancia como puerto en el Pacífico a Amapala, esa ruta el Dr. Soto la utilizaba con mucha frecuencia y cuando se quedaba a descansar, pernoctar o tomar alimentos en el camino se detenía en un lugar que con el tiempo adquirió el nombre de Marcovia, que surgió de la composición a la inversa de la palabra ligada “la vía de Marco”.
Impulsó la educación y fundó en 1878 el primer colegio de segunda enseñanza del estado dirigido por el estadounidense Edmundo Riopel y que hoy conocemos como Instituto Central «Vicente Cáceres», efectuó profundas reformas a la Universidad Central que convirtió en la Universidad Nacional de Honduras.
Don Marco Aurelio ordenó la confección de las primeras estatuas y bustos de los patricios hondureños, la del General Morazán, la del Sabio Valle, los bustos de Cabañas y Reyes, las estatuas de Colón y La Libertad; reformó el sistema aduanero y las finanzas públicas, la Ley de Minería, inició la construcción del primer Hospital General de Tegucigalpa, construyó la Penitenciaría Central, creó la Policía Nacional, fundó la Academia Militar y dio el apoyo necesario para incrementar la producción cafetalera en el occidente del país; creó los depaertamentos de Colón e Intibucá.
Reforma Liberal
El binomio Soto-Rosa, marcó una época reformadora que se vio amenazada por Justo Rufino Barrios que desde Guatemala trataba de imponer una política absolutista a tal grado que en 1878 trató con el General José María Medina Castejón desestabilizar el gobierno sotista, teniendo como respuesta el apresamiento del jefe de la rebelión y pasarlo por las armas en Santa Rosa de Copán.
Soto Martínez admiraba al intelecto, a sus cercanos colaboradores como Ramón Rosa, Adolfo Zuniga, Carlos Alberto Uclés, José Joaquín Palma y otros grandes pensadores de su época, pero también se admiraba asimismo.
Don Marco Aurelio Soto colocó las primeras piedras del progreso de Honduras, su obra quizá no ha sido considerada como el comienzo de la era del desarrollo nacional y su nombre agigantado por su entrega a la Honduras que le vió nacer, se ha querido minimizar por los egoísmos del ayer y la miopía histórica del presente.